miércoles, 23 de julio de 2008

Se cuidan perros en verano

El anuncio se encontraba pegado en una cabina telefónica, detrás de la salida de metro de La Latina. En él David, español, soltero (asumo), licenciado y de veintinueve años, se ofrecía a cuidar tu perro durante el periodo estival de forma altruísta. Ofrecía para la mascota su terraza de cuarenta y seis metros cuadrados en un ático del centro de Madrid. Prometía devolverla, una vez hubieses vuelto de tus vacaciones, aseada y debidamente alimentada. Aseguraba también que tras la estancia en su terraza palaciega, la mascota seguiría queriéndote más a ti que a él. A mí David me recordó un poco a mi prima, y a su fijación enfermiza de cuidar gatos leucémicos en la buhardilla de su piso, en la plaza de Tirso de Molina. Al fin y al cabo los animales estaban destinados a irse, aunque con un poco de suerte imagino que David volvería a verlos al verano siguiente.

jueves, 17 de julio de 2008

Soledad, Dios y un cáncer

A Soledad le diagnostican un cáncer, y ella lo encaja como una gracia divina. Le dicen que tiene metástasis, que no se va a curar, y que además no pueden decirle cuanto tiempo le queda de vida. Lo acepta como si fuera un regalo de Dios. Soledad es muy católica, de modo que su enfermedad no puede ser otra cosa que un presente mediante el cual el señor le está dando la oportunidad de vivir más intensamente su vida. Todos los lugares donde ella había buscado antes a Dios, su trabajo, sus aficiones, sus metas: todo era mentira, pues lo que ha aprendido a través del cáncer es que lo único que importa es el momento. Ha descubierto que el único tributo que puede dar es a través de sus buenas acciones hacia los demás, hacia aquellos que más la quieren.

Yo, que soy ateo, envidio la fuerza con que Soledad ha asimilado este duro golpe. Aunque a veces pueda llegar a pensar, escuchando su confesión, que únicamente es una fanática, el simple hecho de tener la capacidad de transformar el dolor en esperanza me hace admirarla y desear que ojalá Soledad se encuentre con lo que ella quiere al final del camino.